miércoles, 17 de agosto de 2011

Camino a Ítaca

Con cuatro o cinco años cumplidos, preescolar pueden cursar. Seis años cumplidos y primaria hay que estudiar. Después, a secundaria deben ingresar. Con dieciocho, la IFE han de tramitar y la prepa terminar, para matricularse en la carrera, ¡¡y a los cuatro años y medio acabar!!

Parece comercial de gobierno, pero en realidad es lo que mucha gente tiene impreso en la conciencia como si fuera parte de los Diez Mandamientos. He de incluirme, pues de lo contrario no me importaría el tambaleo que a mis casi 27 años de edad se está presentando en mi vida profesional.

Pero hay que recordar algo: para llegar a casa siempre hay más de un camino; hasta los ríos toman diferentes cauces para llegar al mar. Y si hay que tomar la decisión de cambiar de casa o tomar un nuevo cauce, ¿qué hay de malo? Mala la desidia… ¿O quién dijo “Amarás la primera carrera que elegiste sobre todas las cosas”, “No cambiarás el nombre de tu profesión en vano”, “Santificarás el título”?

Existen varios caminos. ¡Lo importante es seguir caminando!

Y quién mejor que Konstantino Kavafis (1863-1933) lo puede decir en su poema Ítaca:


Cuando empieces tu ida hacia Ítaca,
desea que el camino sea largo,
lleno de peripecias, lleno de conocimientos.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al encolerizado Poseidón no temas,
tales cosas en tu camino nunca las encontrarás,
si tu mirada permanece alta, si una escogida
emoción a tu alma y a tu cuerpo les guía.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no los encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas estivales
en que con cuánta satisfacción, con qué alegría
entrarás en puertos por primera vez vistos.
Haz un alto en los mercados fenicios,
y adquiere hermosas cosas,
nácares y corales, ámbares y ébanos,
y sensuales perfumes de todas clases,
los más abundantes y sensuales perfumes que puedas.
Visita muchas ciudades egipcias,
aprende y aprende de los instruidos.
Siempre en tu mente ten a Itaca.
La llegada a allí es tu destino.
Pero no precipites el viaje en absoluto.
Es mejor que muchos años dure.
Y que, ya anciano, arribes a la isla,
rico con cuanto obtuviste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Itaca.
Itaca te dio el hermoso viaje.
Sin ella no hubieras emprendido el camino.
No puede darte nada más.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca no te engañó.
Tan sabio como te has hecho, con tanta experiencia,
ahora ya habrás comprendido qué significan las Ítacas.

2 comentarios:

  1. Puede que nuestras realidades sean muy distinta, pero te comprendo Ana. Yo a veces me siento como fracasada total por estar estudiando un BA a mis 26 años, y no, no me importa ya estar titulado en Mexico, en mi realidad aquí y ahora sigo estudiando una licenciatura.
    Sin embargo, sé que estoy haciendo lo correcto y a veces me cuestiono si lo que en verdad quiero es eso, lo que quiero, o lo que la sociedad me ha hecho creer que necesito.

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  2. Claro Silvia! ¿Hasta qué punto hacemos lo que la sociedad nos ha hecho creer que necesitamos o lo que realmente queremos?! Creo que es muy importante cuestionarse eso. Te felicito por hacerlo. Yo trato de hacerlo ahora, y no es fácil... pero Ítaca siempre nos da un hermoso viaje :)

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